viernes, 22 de mayo de 2009

Mi aventura de ser docente

En mi trayecto dentro del ámbito de la docencia aprendí, que se aprende a ser profesor, que en el diario quehacer educativo, deben sortearse múltiples y diversas dificultades, que necesitas elaborar tu propia identidad profesional como docente, conocer, dominar y aplicar las técnicas básicas de la enseñanza y el aprendizaje, concensuar para resolver los problemas de la disciplina, adaptar los contenidos al contexto social, económico, cultural de tus educandos.
El proceso de la enseñanza te puede conducir por dos caminos; te puedes cansar, aburrir y dar la clase con una profunda ansiedad; o puedes estar a gusto, disfrutar y vivir el re-descubrimiento del conocimiento, que hacen tus alumnos.
Empecé mi carrera, como profesor de escuela primaria en un medio rural, y siempre he vivido en la constante ¿Estará correcto mi trabajo? ¿Lo estoy haciendo bien? Porque, en la formación profesional aprendemos conceptos teóricos, pero nadie nos enseña a ser profesores, y tenemos que aprenderlo por ensayo y error.
Después al paso del tiempo, corrigiendo errores y tratando de ponderar lo positivo, fui superando la angustia, el miedo, la simulación y me convertí en profesor. Aprendí a desarrollar mis clases, con seguridad en mí mismo, obteniendo el conocimiento de lo que se puede y se debe, así como lo que no se puede y no se debe de hacer en una clase; de decir lo que pienso, de experimentar y ensayar estrategias metodológicas, procedimientos y técnicas para trabajar un tema, de cambiar formas y estilos, de modificar contenidos. Con la libertad llegó la satisfacción de sentirme útil, de una alta valoración de mi trabajo. Reflexionando considero que esa libertad, la tenía desde el momento mismo en que me inicie en la docencia, solo que no asumía, que lo que estaba haciendo era lo correcto para mis alumnos, o de que si estaba utilizando la metodología adecuada para alcanzar sus objetivos, contenidos o ejes de aprendizaje o de saber si sus enseñanzas eran significativas para mis alumnos y de experimentar la seguridad de saber que lo que estaba haciendo estaba realmente bien hecho.
Poco a poco fui aprendiendo que uno de los objetivos fundamentales de nuestra profesión es ser maestro de humanidad, ayudar a los alumnos a comprenderse a sí mismos y a entender el mundo que les rodea. Una de las funciones del docente es rescatar el valor humano del conocimiento; la tarea básica es recuperar las preguntas, las inquietudes, el proceso de búsqueda y construcción de los conocimientos, es crear inquietud, descubrir el valor de recrear el estado de curiosidad, hay que abandonar las profesiones de fe, en las respuestas ordenadas de los libros y rescatar las preguntas originales obligando a reflexionar a los alumnos.
Unas de mis grandes preocupaciones como docente son los siguientes planteamientos ¿Qué sentido tiene desarrollar determinados contenidos? ¿Qué les voy a aportar a mis alumnos? ¿Qué espero conseguir? ¿Cómo vertebrar lo que saben, lo que han vivido, lo que les puede preocupar, lo que les interesa, con los nuevos contenidos? MI reto: me tengo que divertir y disfrutar mi trabajo y esto es imposible si repito los mismos procedimientos metodológicos para todos los temas. La actualización pedagógica profesional es imperante, es el deseo de mejorar el aprendizaje, como una forma de la enseñanza, investigar y emplear nuevas formas de comunicación, para hacer pensar y reflexionar a mis alumnos... Aprendí que un maestro, enseña a ver horizontes, lleva al alumno a enfrentarse consigo mismo, lo induce a rescatar pensamientos e inquietudes, para que reestructure su forma de ver la realidad y luego, lo obliga a pensar por su propia cuenta, a redescubrir el conocimiento. Ser maestro de humanidad... a través del conocimiento que enseñamos, o quizá, a pesar del conocimiento, recuperar y transmitir el sentido de lo fundamental: entenderse a sí mismos y explicar el mundo que les rodea.

1 comentario:

  1. Hola Mario
    Comparto tu inquietud y preocupación sobre nuestro trabajo docente, pienso que es un gran reto motivar e interesar a nuestros alumnos en los aprendizajes que queremos lograr, así que tenemos que, como mencionas, involucrarnos y divertirnos con nuevas y diferentes formas de aprender.
    Saludos

    ResponderEliminar